La Cinemateca Uruguaya probablemente sea uno de los lugares cinefilos más singulares del mundo: dotada con varias salas, repartidas por toda la ciudad de Montevideo, es al mismo tiempo un lugar en claro declive ecónomico, abandonada a su suerte por las autoridade. Pese a la desidia y el olvido, la Cinemateca ha continuado desarrollando un trabajo constante y tenaz de difusión del cine como arte para todos, no sin un toque de nostalgia por una idea de cine que ya no existe. Ese declive, esa tenacidad, ese momento de transformación, es lo que retrata Federico Veiroj en su brillante segunda película, protagonizada justamente por uno de los críticos cinematográficos y programadores más reputados de Uruguay. Una película cinéfila pero no nostálgica, una celebración de la vida a través del cine, un retrato crepuscular capaz de encontrar una salida a la nostalgia en la fuente de la propia añoranza. Un musical callado, una pequeña y singular joya del cine latinoamericano reciente. GdPA

Programación completa del Círculo de Bellas Artes.