Ahora nadie se acuerda de él (para bien), pero hubo un momento en que Bernardo Bertolucci fue uno de los grandes nombres de cierto cine europeo de autor. Un prestigio que quizás arruinó con cintas posteriores, pero que se ganó a pulso al menos con esta cinta monumental que narra, ni más ni menos, que las cinco primeras décadas del siglo XX en Italia a través de la amistad en el tiempo de dos niños nacidos casi al mismo tiempo, pero en contextos muy distintos: uno es el hijo del patrón de una hacienda, el otro será el hijo de uno de los trabajadores. Incluida en el programa “La clase obrera en el cine”, que desde noviembre de 2014 viene estudiando las distintas representaciones de la clase trabajadora en el cine desde aquellas primeras imágenes rodadas por los Lumière con sus trabajadores saliendo de la fábrica, Novecento no es solo una gran obra histórica que recorre el convulso comienzo del siglo XX europeo en Italia, sino un trabajo concienzudo de aquello que se llamó cine político. GdP

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