Miguel Mariño forma parte de ese movimiento, llámese Novo cinema galego, llámese como quiera, que ha puesto a Galicia en el mapa cinematográfico internacional con una fuerza y una solidez inéditas y tan poco estudiada como poco celebrada resulta en el resto del país. El CGAI, que acompaña de forma constante este movimiento, ofrece una sesión dedicada a Mariño, un autor que transita con libertad entre el cine expandido, lo expositivo, y lo puramente cinematográfico, con la proyección de tres de sus trabajos en video y 16 mm, una de sus más claras señas de identidad: el trabajo, la recuperación y la experimentación con la memoria de los formatos y las imágenes. Entre ellos se encuentra el notable O descubrimento de Américo, su último trabajo hasta la fecha en el que Mariño reflexiona sobre un doble “descubrimiento”: el descubrimiento de un cineasta perdido, el Américo del título, y el descubrimiento que el propio realizador, Miguel Mariño, hará sobre la fascinación y la obsesión que las imágenes de aquel realizador olvidado despiertan en él. GdPA

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