Una vez pasada con éxito arrollador por la cartelera, y disponible también en plataformas digitales, la recuperación de la Casa de América de uno de los títulos más exitosos del año pasado puede ser una buena ocasión para pensar de nuevo, y con más calma, sobre ella, y tratar de desentrañar si realmente se trata de una película que propone una cierta revolución ciudadana, o si por el contrario, como han apuntado tímidamente algunos críticos, no hace sino apuntalar un cierto status-quo a partir de una violencia gratuita. ¿Es, pues, Relatos salvajes, un retrato de la argentina más violenta, del estado de crispación del país, un relato de cómo los pobres intentan recuperar a través de la violencia aquello que les corresponde, o es en realidad un ejercicio exculpatorio y retrógrado, un retrato de una clase media que se ve amenazada por los de abajo? La ocasión para verla, y pensarla, está servida. GdPA

Programación completa de la Casa de América.