Terminando casi el ciclo consagrado a Orson Welles con motivo del centenario de su nacimiento, y aprovechando la distribución de copias en DCP de todas sus películas, el CGAI ofrece la oportunidad de ver Sed de mal, película que merece la pena visitar, o revisitar, aunque solo sea por el prodigio de puesta en escena y control del tempo y el arte cinematográfico que supone su primer plano, un larguísimo plano (casi) secuencia con el que Welles dejaba claro su saber cinematográfico. La historia de esta película, como muchas de las de su autor, es la historia de sus desencuentros con sus productores, que no quedaron satisfechos con el resultado, obligando a recortarla y remontarla por completo. Ese remontaje se estrenó con un enorme fracaso de crítica y público. Cuando Welles, que se encontraba de viaje en España, regresó a Estados Unidos, redactó un documento de 58 páginas con los cambios que exigía para considerar como suya la película. Ese documento, que se consideraba perdido, fue la base para la reconstrucción de la película realizada en 1997, base de las copias ahora existentes. GdP

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