Ahora que Jim Jarmusch vuelve a estar de actualidad tras la presentación en Cannes de dos películas, que parece que llegarán en breve a la cartelera española (si nadie lo impide), la Filmoteca recupera su, hasta el momento, última película, la singular versión del icono del vampiro para convertirlo en una suerte de reflexión sobre la capacidad creadora. Los protagonistas de esta singular ciencia ficción musical son dos vampiros dotados de una sensibilidad literaria y musical privilegiada, cuya condena pasa por el amor, o el desamor. Como siempre en la filmografía de Jarmusch, los protagonistas son unos expulsados de la sociedad, diletantes, veraneantes permanentes, extranjeros para siempre en su propia vida. Como hiciera ya con el western, con el yakuza-noir, o con la comedia romántica, Jarmusch vampiriza el genero de ciencia ficción, y el icono del vampiro, para reconvertirlo en sus propios códigos, y a merced de sus propios intereses. GdPA

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