Bilbao Arte continúa con su ciclo dedicado al cineasta coreano Park Chan-wook y este lunes es el turno de Stoker, su única incursión hasta el momento en el cine rodado en inglés y fuera de Corea. La película que, curiosamente, lleva a la pantalla un guión del actor Wentworth Miller, parte de una historia ciertamente poco original (la inquietante relación que se establece entre una adolescente y el nuevo ¿novio? de su madre) pero eso no impide el disfrute máximo y la continua sensación de encontrarse ante algo distinto: Stoker es una delicia repleta de ideas por plano y Park Chan-wook demuestra de nuevo que la puesta en escena pasa tanto por una realización contundente como por el detalle a la hora de aprovechar las otras artes (fotografía, montaje, sonido, etc) dentro del arte del cine. Por ejemplo: si en una de las mejores secuencias de Sympathy for Mr. Vengeance el director se planteaba qué ocurría cuando un gemido de dolor era interpretado como uno de lujuria, aquí da la vuelta a esa idea e interpretamos primero el gemido como oscuridad para inmediatamente después pasar a entenderlo como una señal sexualmente placentera. Stoker no descubre a un gran cineasta nuevo, pero sí lo certifica desde la enésima vuelta de tuerca a su tema predilecto: la relación entre Eros y Thanatos. ER

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