El trailer de The Hurricane (también conocida como Huracán sobre la isla) anunciaba que la película contenía “The most spectacular scenes ever filmed by man!”. La afirmación puede parecer exagerada pero lo cierto es que Ford, que recreó toda una isla de los mares del sur en estudio para la filmación, no escatimó en gastos ni en esfuerzos técnicos para la recreación de ese tifón que azota la isla en el clímax de la película. Pese a la supuesta artificialidad de la propuesta, de algún modo estamos ante una película extraña en la trayectoria fordiana: una que recuerda más al realismo del Tabú de Murnau que a otras películas “exóticas” que hacían del decorado su centro. Una donde la catástrofe ni siquiera es tanto sobre la destrucción como sobre el detalle. Tal y como Tag Gallagher recordaba en su libro, “Ford parece disfrutar los repetidos cortes transversales que van de la cara de una horrorizada Mary Astor a la imagen de la terrible y titánica ola. Pero lo más llamativo, al menos a la hora de visionar repetidamente la película, es que importa menos la acción de la tormenta que el sereno ritmo de montaje de Ford. Nunca un desastre fue tan majestuoso”. ER
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