Antes de dirigir Sueñan los androides, Ion de Sosa filmó True Love, una impúdica y lírica crónica en primera persona del final del amor. Rodada en unos melancólicos 16mm, este diario filmado se aferra a los planos fijos para rescatar un recuerdo que se diluye. De Sosa se topa con edificios en ruinas que evocan su derrumbe anímico, encadena las imágenes de un procesión y una canción pop llevando al límite el “todo me recuerda a ti”, y también fabula con una autodestrucción liberadora. Filmada en Berlín por un cineasta vasco, True Love conecta con la obra de varios cineastas japoneses: a ratos, parece una colección de pillow-shots de Yasujirō Ozu; en su radical intimismo, remite al “cine privado” de Kazuo Hara; y en sus intentos desesperados por convertir la ausencia en imagen, hace pensar en la obra de Naomi Kawase. Con sus ráfagas de estampas urbanas y privadas, True Love apuesta por un cine de la evanescencia y de la resistencia de la memoria, esa “muerte trabajando” de la que hablaba Jean Cocteau.

Ver TRUE LOVE en PLAT