Violeta Kovacsics (Festival de Berlín)

En su nueva película, In Water, el surcoreano Hong Sang-soo juega con el desenfoque a lo largo de casi todo el metraje. En la presentación del film, en la Akademie der Künste, el director de la Berlinale, Carlo Chatrian, presentó a Hong como un cineasta muy querido por el festival, al tiempo que se justificaba por haber programado In Water en la sección Encounters, reservada para las propuestas más heterodoxas y experimentales. La decisión tiene su lógica, ya que In Water es un bosquejo, una probatura, un experimento. Y aunque sería tentador desechar el film bajo la categoría de la “película menor”, cabe apuntar que la experimentación forma parte integral de la filmografía de un cineasta cuya obra debe entenderse como un cuerpo en continuo y sutil movimiento.

La historia de In Water se enmarca a la perfección en el imaginario de Hong. El film narra el viaje de dos chicos y una chica para el rodaje del corto de uno de ellos. Él, cineasta en ciernes, no sabe muy bien qué hacer, y las horas discurren hablando de comida y de presupuestos. In Water podría ser la película de Hong en la que más se habla de dinero, y la propia y diminuta dimensión de la obra se hace eco de ello: fue rodada en seis días, con apenas tres actores, con el equipo alojado en una pequeña casa, filmando además sin permisos. En In Water hay un cameo de tintes casi cómicos de Kim Min-hee, que ejerce de nuevo de productora, y aunque los rostros de los actores quedan emborronados por la imagen desenfocada, sus expresiones se transmiten igualmente.

¿Por qué ha rodado Hong una película desenfocada? Era evidente que la primera pregunta del coloquio posterior a la proyección no iba a tener respuesta por parte del cineasta. “La razón, como todas las razones importantes de mi cine, no la sé”, apunto el director. En el fondo, hubiese sido extraño que Hong le otorgara un valor explícito o simbólico a una decisión como la del desenfoque. In Water no es Desmontando a Harry, de Woody Allen, sino que aquí hay algo de poético y, sobre todo, de pictórico en las imágenes emborronadas del mar, que parecen cuadros impresionistas o paisajes pintados en acuarela.

Como el agua del mar, el cine de Hong avanza impasible. En In Water, los cineastas, que siempre han habitado sus películas, por fin toman la cámara, les vemos filmar y, lo que es todavía más interesante, vemos a sus personajes filmar a la manera de Hong, con la música que se graba poniendo el altavoz del reproductor (un simple móvil) al lado del micro de la cámara. Esto confiere a la banda sonora una textura muy singular, entre el amateurismo y una poética sencillez. In Water será una excentricidad, será vista como una obra menor o fallida, pero quizá es simplemente un experimento. Como los bosquejos en acuarela de Turner, hechos en libretas, quizá algún día In Water se expondrá en la misma sala, acompañando las otras obras de su autor para observar mejor sus procesos creativos.