(Foto de cabecera: Los directores y directoras de Los Pilares, proyecto realizado por los alumni de ECAM Raúl Vallejo, Lucía Touceda, Claudia Negro y Javier Cástor Moreno Biurrun).

Manu Yáñez

Conversamos con Sergio Oksman, que además de ganar un Goya con el cortometraje A Story for the Modlins (2012) y de estrenar su película O futebol (2015) en el Festival de Locarno, es desde 2015 el coordinador de la Diplomatura de Documental de la ECAM, la Escuela de Cinematografía y Audiovisual de la Comunidad de Madrid. Junto a Oksman, abordamos el enfoque conceptual y el programa de la diplomatura –construido en torno a la figura del “cineasta total”–, al tiempo que analizamos el estado del documental en el ámbito del cine contemporáneo, donde el cine más ensayístico o híbrido va ganando en presencia.

Rueda desde el principio, escribe hasta el final. Este lema refleja la manera de concebir el cine de los profesores de la diplomatura, que somos mayoritariamente cineastas en activo. El cine contemporáneo no puede entenderse sin el solapamiento entre las diferentes fases del proceso de creación de una película: la escritura, la filmación y el montaje. Cuando Carlos Muguiro diseñó la diplomatura, y la puso en marcha en el curso 2015-2016, pensó en la necesidad de formar a un nuevo tipo de cineasta más autónomo, más autosuficiente. Carlos (Muguiro) planteaba la idea de formar a cineastas totales, cuyo dominio técnico y preparación teórica les permitiese llevar a cabo o participar en todas las fases de un film.

Equilibrio entre técnica y teoría. El programa de la diplomatura tiene una carga conceptual importante. Y aunque no es nuestra prioridad que los alumnos se conviertan en especialistas en montaje, escritura de guion o fotografía, acaban teniendo nociones básicas de la técnica asociada a cada uno de estos procesos. En el primer año de la diplomatura, que el segundo año de los alumnos en ECAM, una de las asignaturas troncales se llama Filmmaking, y en ella se propone un primer contacto con los conocimientos técnicos y expresivos asociados al documental. El profesor de esa asignatura, Chus Domínguez, se preocupa de transmitir la idea de que la aplicación de la técnica tiene siempre unas implicaciones teóricas. Luego, en los siguientes cursos, los alumnos tienen talleres más específicos de aspectos técnicos, y a la hora de hacer el proyecto final de diplomatura, la ECAM facilita que los alumnos de Documental puedan interactuar con alumnos de otras especialidades como Fotografía, Sonido, Montaje y demás.

La frontera entre documental y ficción. Hoy en día, resulta evidente que el límite entre ficción y documental está muy desdibujado. Y en ese sentido la diplomatura intenta ser lo más abierta posible. En tercero, hay una asignatura que se llama Anti-Filmmaking y que está impartida por Chema García Ibarra y que aborda la heterodoxia del documental. Allí, entre otras cosas, se les propone realizar trabajos con material encontrado. Al proponer un programa abierto a las diferentes formas del cine de lo real aspiramos a que cada alumno pueda ir encontrando poco a poco su voz.

Imagen del rodaje de “Lenda Negra” de los alumni de ECAM Elisa Celda, Claudia Gracia, Mario Sanz y Óscar Vincentelli.

Los intereses de los estudiantes. En el primer curso, cuando todos los alumnos de ECAM siguen un plan común, tengo la impresión de que el conjunto de estudiantes tienen una concepción del documental más clásica, más periodística. Pero después del primer año de especialidad, el segundo en ECAM, mi impresión es que los alumnos viven un proceso de transformación importante. Suelen ser personas muy activas que responden muy bien a la avalancha de ideas y estímulos que les lanzan los profesores. En ese momento, algunos ya muestran más interés por el cine ensayo, o por un modelo más híbrido de documental, o por algo más observacional… Lo curioso es que, últimamente, lo que escasean son los alumnos interesados en el retrato de un personaje. Eso me ha obligado a regresar de algún modo a las bases del documental, y en el primer año de especialidad les sugiero que busquen a un personaje o un espacio que les interese y aprendan a filmarlo.

Laboratorios y asignaturas. El segundo año de la diplomatura tiene tres asignaturas troncales y una de ellas está formada por cuatro laboratorios de un mes con documentalistas de experiencia contrastada. Virginia García del Pino plantea cómo filmar el rostro. Luego, Lois Patiño reflexiona en su laboratorio sobre cómo filmar un lugar: la memoria del espacio, los objetos y el paisaje. Luis López Carrasco trabaja la filmación del pasado: cómo filmar lo que ya no está. Y Andrés Duque reflexiona sobre cómo filmar la palabra. Además, en segundo y tercero trabajan con Carlos Casas la idea de la Etnografía Expandida, de lo antropológico a lo poético. En un ámbito más teórico, tienen una asignatura llamada Materia Gris que está más centrada en cuestiones de tipo literario y que este último año impartió la escritora Aloma Rodríguez. Y en el último curso tienen una asignatura titulada Materia Sensible en la que Samuel M. Delgado y Helena Girón acercan a los alumnos al trabajo con soporte fotoquímico y a la reflexión en torno a qué es una imagen.

Proyectos. En paralelo a las asignaturas que van cursando, los alumnos van realizando proyectos. En segundo año de la diplomatura, cada alumno desarrolla un proyecto de cortometraje. De septiembre a febrero, hay una asignatura que doy yo y que se llama Procesos Creativos y que funciona como un tutelaje de ideas. Y luego, de febrero a junio, después de una sesión de pitching, cada alumno trabaja con un tutor por separado. Más adelante, en tercero, los alumnos se organizan en tres grupos para elaborar el proyecto final. Tienen libertad total para plantearlo como un cortometraje o un largometraje.

Imagen de “Ojo salvaje” de Paco Nicolás.

Después de ECAM. La idea de formar a cineastas totales favorece que los alumnos puedan aspirar a trabajar en ámbitos muy diversos, desde el desarrollo de proyectos propios hasta trabajos de ámbito técnico en cine o televisión. Algunos de los proyectos realizados por los estudiantes han tenido recorrido por festivales y eso hace ver a los alumnos las posibilidades que tienen por delante. Uno de los trabajos finales del año pasado, que se titula Los pilares, de Raúl Vallejo, Claudia Negro, Lucía Touceda y Javier Moreno, se estrenó en el Festival de Cine Europeo de Sevilla. Además, la ECAM ha abierto un programa de desarrollo de proyectos para cineastas y productores de toda España llamado la Incubadora, lo que supone un nuevo camino para dar salida a las inquietudes de los antiguos alumnos y acercarlos al mercado. Paco Nicolás, alumno de documental de la ECAM, hizo un cortometraje titulado El ojo salvaje que tuvo recorrido por festivales, incluido el IDFA, y ahora trabaja en una película, Los García, que pasó por la Incubadora. Algo de lo que estoy orgulloso es de que muchos de los alumnos que han terminado la Diplomatura de Documental continúan vinculados a la ECAM, participando en los trabajos de alumnos de los años siguientes o interactuando con los profesores.