En Ricki, la nueva película de Jonathan Demme (Algo salvaje, El silencio de los corderos), la siempre espléndida Meryl Streep da vida a la veterana rockera que da título al film y cada noche actúa con su banda en una taberna de Los Ángeles, cantando grandes clásicos de los años setenta o versionando hits de P!nk o Lady Gaga. Ricki es aparentemente feliz a pesar de no haber cumplido el sueño de convertirse en una estrella. La solista seguirá tocando con su grupo, The Flash, mientras permanezca en el mundo de fantasía que ella misma ha creado para no tener que pensar en las razones que la llevaron a abandonar a su esposo y a sus tres hijos. No obstante, una inesperada llamada de su exmarido, Pete (Kevin Kline), solicitando su presencia en Indianápolis para ayudar a su hija Julie (Mammie Gummer), la obligará a poner los pies en la tierra.

El nuevo film de Demme se sostiene con solvencia cuando se centra en el honesto retrato de la recuperación del tiempo perdido entre Ricki y Julie (madre e hija dentro y fuera de la ficción). Sin embargo, cabe señalar que nunca llegamos a ver florecer ese vínculo entre las dos mujeres, puesto que los personajes de Demme no han sido creados para contar una historia, sino para protagonizar una serie de gags. Aunque el sentido del humor de las tragicomedias del director de The Master Bulder siempre resulta ameno, esta película no acaba de cuajar debido, en gran medida, al tratamiento demasiado superficial de sus temas de fondo.

Ricki peca de un exceso de subtramas con las que Demme intenta abordar distintos géneros. Así, el film puede definirse como un musical, un drama materno-filial, como una historia de amour fou entre dos integrantes de una banda de rock o como el relato de superación de una mujer traumatizada por su divorcio. En todo caso, hay que admitir que el repertorio de canciones que interpreta la talentosa banda formada por Meryl Streep (cuyas dotes musicales descubrimos en Mamma Mia!), Rick Springfield, Rick Rosas (fallecido ex-bajista de Neil Young) y Bernie Worrell deleitarán al público melómano. Las actuaciones musicales son el punto fuerte de Ricki: como musical rockero, el film funciona a la perfección.