(Imagen de cabecera: Albert Serra ©BegoAnton)

Manu Yáñez

Tras los seminarios impartidos por Lucrecia Martel y Walter Murch, la ECAM (Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid) presenta un nuevo encuentro internacional dirigido a profesionales y estudiantes de cine y audiovisual de la mano de uno de los cineastas españoles más reconocidos mundialmente y uno de los referentes del cine de autor europeo contemporáneo: el catalán Albert Serra, director de Honor de cavalleria (premio FIPRESCI en la Viennale), Història de la meva mort (Leopardo de Oro en el Festival de Locarno) o La muerte de Luis XIV (Premio Jean Vigo). El seminario, que se desarrollará del 27 al 30 de mayo –tras la presentación del nuevo film de Serra, Liberté, en el Festival de Cannes–, forma parte de la oferta educativa de Formación Continua de la ECAM.

Sobre el potencial ejemplarizante de su trabajo, Serra apunta a Otros Cines Europa que “lo esencial es la actitud, que puede ser algo difícil de transmitir. Esa actitud puede darse de forma azarosa o esotérica, o puede surgir cuando te sientes inspirado por algo singular. Debo decir que no aspiro a imponer una forma concreta de crear. Cada uno debe encontrar su propia metodología, a partir de un conocimiento formal previo, como el que deben tener los alumnos de ECAM, o desde cero, como fue mi caso. Yo ejemplifico, de una manera muy exagerada, la posibilidad de crear una metodología propia a partir de unas aspiraciones personales”.

El seminario que impartirá Serra en ECAM pondrá el foco en los procesos creativos que, bajo el punto de vista del cineasta, deben de desarrollarse en un proyecto cinematográfico. Sobre el origen de su propio método de trabajo, el director de El cant dels ocells explica que “todo partió de mi aproximación personal al trabajo con el formato digital. A través de la idea del do it yourself, pude plantear un proceso creativo marcado por la independencia. Lo más interesante fue descubrir que la libertad que ofrecía la tecnología digital podía utilizarse con ambición. Al principio, existía la sensación de que trabajar con una cámara más pequeña o más grande, con unos medios más o menos sofisticados, perfilaba una frontera entre profesionalidad y amateurismo. El digital ha subvertido todo eso. Hoy son las películas académicas y convencionales las que son amateurs en su manera de repetir fórmulas y no mostrar nada”.

Albert Serra en el rodaje de “La muerte de Luis XIV”.

El seminario se dividirá en cuatro sesiones de tres horas dedicadas, respectivamente, a las fases de “preproducción y guion”, “rodaje”, “montaje y posproducción” y “festivales y promoción”. El cineasta pone en relación algunos de esos procesos con su formación autodidacta, en la que “jugó un papel capital la crítica de cine, sobre todo la crítica cinéfila de los años 60, que se centraba en buscar, en el estilo visual de un director, los rasgos esenciales de su visión del mundo”. Serra explica que nunca se sintió influenciado por la estética o las temáticas de ningún director, “pero la crítica me inculcó una fuerte consciencia estética, una pasión por la forma que ha terminado siendo muy útil en mi trabajo de montaje. Hoy es una evidencia que el formato digital ha trastocado el proceso de montaje, pero parece que nadie se atreve a llevar esa transformación hasta las últimas consecuencias. Durante el rodaje de mis películas no existe una pasión por el significado, no sé muy bien lo que hago. Solo sé que me gusta destruir ideas, evitar el cliché a cualquier precio, como si estuviese aplicando un desinfectante. Y luego, en el montaje, se produce una búsqueda de carácter científico de los significados. Lo curioso es que el montaje termina construyéndose de manera casi automática, a partir de la lógica interna de las imágenes. Los significados van surgiendo a partir de la recurrencia de unas constantes casi inconscientes. Todo esto es muy coherente con el concepto de autoría que se forjó en los años 60”.

Sobre el último apartado del seminario, el de la “promoción y festivales”, Serra apunta que los certámenes de cine “tienen la misión de trastocar el canon que impone la opinión pública, la administración, la gente que no entiende nada. Los festivales combaten la noción del cine como arte de masas, crean un contra-canon, una historia paralela del cine”. Sobre su experiencia personal, Serra explica que, cuando la Quincena de Realizadores de Cannes seleccionó Honor de cavalleria, en el año 2006, él “no conocía a nadie. Enviamos una copia en DVD a través del sistema abierto de admisiones y nos seleccionaron. Hoy en día, si una película es buena y contiene valores vanguardistas, es imposible que no sea seleccionada por un buen festival y tenga éxito. Una buena película se le puede pasar a un programador, pero es imposible que se les pase a seis o siete de los buenos programadores de festivales, que son gente inteligente y lúcida”.

Inscripción en el seminario de Albert Serra en ECAM