Aquellos que esperen encontrar en Cinema Novo un documental didáctico sobre el movimiento de los años cincuenta y sesenta que cambió la Historia del Cine de Brasil para siempre, no verán cumplidas sus expectativas. La séptima película del brasileño Eryk Rocha es, en realidad, un exquisito video-ensayo que condensa la esencia romántica de dicha generación de artistas a la que perteneció su padre Glauber Rocha. El film, galardonado con el premio a la Mejor Película de la sección Cannes Classics del pasado Festival de Cannes, ofrece una sorprendente experiencia sensorial a un público cinéfilo, previamente familiarizado con la materia.

De entrada, Cinema Novo presenta una recopilación de escenas de las mejores películas de Nelson Pereira do Santos, Ruy Guerra, Gustavo Dahl, Carlos Diegues, Leon Hirszman, Glauber Rocha, y Joaquim Pedro de Andrade, entre otros; todas ellas agrupadas según su contenido, pero sin ninguna anotación que indique su título o autor. Por eso –repetimos y advertimos– es muy probable que el público que se acerque por primera vez a los líderes del movimiento a través de este documental termine perdiéndose entre estas excelentes recopilaciones sin notas a pie de página.

El largometraje arranca con un conjunto de clips de películas de Glauber Rocha en las que el protagonista huye, o se dirige, corriendo, hacia alguna parte. Siguiendo el mismo esquema, Eryk Rocha nos ofrecerá, a lo largo de su ensayo, otras muchas series interminables de escenas de baile, de tiroteos, discursos políticos, panorámicas de paisajes, o desnudos frontales de mujeres que filmaron los genios brasileños a lo largo de las dos décadas citadas. En este sentido, una de las intenciones del hijo del autor de Dios y diablo en la tierra del sol es describir el movimiento como una polifonía. Es decir, dar a conocer la distintas voces que lo fundaron, rastreando sus rasgos comunes.

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Si bien los directores del Cinema Novo quisieron representar el mismo ideal –plasmar las nuevas inquietudes del pueblo brasileño a través del cine–, éstos lo llevaron a cabo ejecutando y perfeccionando estilos de lo más opuestos. Asimismo, como señalará Geraldo Sarno en una entrevista recogida en el documental de Eryk Rocha: el movimiento en sí estaba compuesto por fordianos como Walter Lima Jr, seguidores de Sergei Eisenstein como Leon Hirszman, o neorrealistas guiados por Nelson Pereira dos Santos. En este sentido, además de los fragmentos de otras películas, Eryk Rocha, autor de la también memorable Transeúnte, insertará, entre las series temáticas, extractos de declaraciones que los cineastas concedieron durante esas dos décadas.

Por otro lado, es interesante destacar que este ensayo no incluye ni una sola definición de especialistas (historiadores o críticos de cine) sobre el Cinema Novo. Así, las intenciones de Eryk Rocha se manifiestan desde el inicio del film. Su deseo no es otro que mostrar una visión pura, y sin filtros, del movimiento; es decir, llegar hasta su esencia bebiendo directamente de las fuentes primarias: barajando tan sólo la opinión y la obra de sus creadores. Cinema Novo no sólo nos gratifica con la revisión de esas obras maestras, también nos invita a recuperar el deseo romántico de cambiar el mundo a través del cine. Tal y como ha declarado su autor, Cinema Novo está dirigido especialmente al público brasileño para poner fin a la crisis política y social que está viviendo su país.