Mejor largometraje: La telenovela errante (Raúl Ruiz y Valeria Sarmiento, 2017).

Mejor largometraje español: Estiu 1993 (Carla Simón, 2017).

Mejor cortometraje: Higview (Simon Liu, 2016).

Mejor cortometraje español: Aliens (Luis López Carrasco, 2017).

Mejor director: Mariano Llinás por La Flor (Primera Parte).

Mejor ópera prima: Kuso (Flying Lotus, 2017).

Mejor actor: Kyle MacLachlan en Twin Peaks: The Return (David Lynch y Mark Frost, 2017).

Mejor actriz: Pilar Gamboa en la segunda historia de La Flor (Primera Parte) (Mariano Llinás, 2016), ex aequo con Darya Zhovner en Demasiado cerca (Closeness, Kantemir Balagov, 2017).

Mejor cameo: David Lynch como el mejor amigo de Harry Dean Stanton en Lucky (John Carroll Lynch, 2017).

Mejor cameo animal: La llama que aparece detrás del protagonista de Zama (Lucrecia Martel, 2017) cuando le comunican las malas noticias.

Mejor documental: Caniba (Lucien Castaing-Taylor y Verena Paravel, 2017).

Mejor comedia: Quality Time (Daan Bakker, 2017).

Mejor película de terror: Hagazussa (Lukas Feigelfed, 2017).

Mejor película low-cost: La maldita primavera (Marc Ferrer, 2017).

Mejor guion: Dhogs (Andrés Goteira, 2017).

Mejor giro de guion: El repentino paso del ‘mumblecore’ al terror psicológico de Most Beautiful Island (Ana Asensio, 2017).

Mejor dirección de arte: El laberinto de papel maché de Dave Made a Maze (Bill Watterson, 2017).

Mejor vestuario: Los trajes con toneladas de purpurina que viste Samuel L. Jackson en Unicorn Store (Brie Larson, 2017).

Mejor banda sonora: La pesadillesca rave psicodélica que compuso Oneohtrix Point Never para Good Time (Joshua Safdie y Ben Safdie, 2017).

Mejor canción: “Yo soy el fuego” o el gran homenaje al dúo Pimpinela interpretado por Pilar Gamboa y Hector Díaz en La Flor (Primera Parte) (Mariano Llinás, 2017).

Mejor voz en off: Las rimas existencialistas que recita Iggy Pop en el maravilloso poema visual In Praise of Nothing (Boris Mitic, 2017).

Mejor trabajo con material de archivo: Las infinitas imágenes de la maldad humana que registran las cámaras de videovigilancia de Dragonfly Eyes (Xu Bing).

Mejor plano subjetivo: Cuando el operario que mueve la cámara de Sin amor (Loveless, Andrey Zvyagintsev, 2017) entra en un restaurante y deja de filmar a los protagonistas porque una extra con un vestido rojo le ha distraído. Tras conseguir el nombre y el número de teléfono de la chica, la voz masculina extradiegética deja de ligar con ella. La cámara retoma la ficción, pero la magia del cine ha desaparecido.

Mejor secuencia de acción: La adrenalínica última media hora de ultraviolencia de Brawl in Cell Block 99 (S. Craig Zahler, 2017).

Mejor título: Those Who Make Revolution Halfway Only Dig Their Own Graves o ‘Aquellos que hacen la revolución a medias tan sólo cavan su propia tumba’ (Mathieu Denis y Simon Lavoie, 2016).

Mejor giro autoral: El nuevo y maligno Yorgos Lanthimos de The Killing of a Sacred Deer (2017).

Peor secuela: Happy End (Michael Haneke, 2017) como continuación de la trama de Amour.

Peor remake: The Beguiled (Sofia Coppola, 2017).

Mejor héroe: El protagonista de Rey (Niles Atallah, 2017). El único rey que tuvo la Patagonia y la Aracuina.

Mejor villano: El invencible Vicuña Porto de Zama (Lucrecia Martel, 2017).

Mejor adolescente rebelde: Tavi Gevinson en Person to Person (Dustin Guy Defa, 2017), ex aequo con Saoirse Ronan en Lady Bird (Greta Gerwig, 2017).

Mejor despido: El que sufre el personaje de Kim Minhee en The Day After (Hong Sang-soo, 2017). En su primer (y último) día de trabajo también será abofeteada por la mujer del patrón.

Peor despido: Los injustos despidos en masa de los trabajadores de A Fabrica de Nada (Pedro Pinho, 2017).

Mejor desnudo: El desnudo frontal de la protagonista de Una mujer fantástica (2017) que Sebastián Lelio no nos deja ver.

Mejor sex symbol (sin querer serlo): El monje budista de Suffering of Ninko (Norihiro Niwatsukino, 2016), que pese a su voto de castidad es deseado y perseguido por todos los hombres y mujeres que le rodean.

Mejor boda gitana: La alocada celebración del casamiento de Nahuel Pérez Biscayart en el seno de una comunidad rumana en If You Saw His Heart (Joan Chemla, 2017).

Mejor amor prohibido: La atracción correspondida que poco a poco descubrimos en Call Me by Your Name (Luca Guadagnino, 2017).

Mejor ruptura: En la primera secuencia de Under the Tree (Hafsteinn Funnar Sigurdsson, 2017), Agnes echa de casa a su novio Atli por masturbarse con un vídeo porno que filmó con su exnovia.

Mejor rap: Los de la pequeña Juana de Arco en Jeannette (Bruno Dumont, 2017).

Mejor baile: Los pasos de foxtrot que un soldado israelí baila abrazado a su kaláshnikov en Foxtrot (Samuel Maoz, 2017).

Mejor discoteca: El club Casa Roshell (Camila José Donoso, 2017).

Mejor concierto: Los de Abel Ferrara en el documental de su gira por Europa Alive in France (Abel Ferrara, 2017).

Peor fiesta en casa: El desastre ocasionado por los huéspedes que se presentan sin avisar en la mansión de Jennifer Lawrence y Javier Bardem en Madre! (Daren Aronofsky, 2017).

Mejor misión intergaláctica: Aquella que le encargan al protagonista de la distópica Era uma vez Brasília (Adirley Queirós, 2017): matar al presidente de Brasil durante la inauguración de Brasilia.

Peor incitación a la bulimia: La polémica escena de la tarta de A Ghost Story (David Lowery, 2017).

Mejor conversación telefónica: La que escuchamos de principio a fin en el cortometraje Madre (Rodrigo Sorogoyen, 2017).

Mejor frase: “Mire, padre. Así estoy yo por dentro” en Nuevo Altar (Velasco Broca, 2017).

Escena inolvidable: Las lágrimas de Frida en Estiu 1993 (Carla Simón, 2017).

Películas sobrevaloradas: You Were Never Really Here (Lynne Ramsay, 2017) y How to Talk to Girls at Parties (John Cameron Mitchell, 2017).

Película infravalorada: La caméra de Claire (Hong Sang-soo, 2017).