45 años, de Andrew Haigh
Genio y mesura
Después de “Weekend” –un brillante ejercicio de intimismo naturalista–, Andrew Haigh se consagra (eludiendo mayores riesgos) con una película elegante y delicada.
Después de “Weekend” –un brillante ejercicio de intimismo naturalista–, Andrew Haigh se consagra (eludiendo mayores riesgos) con una película elegante y delicada.
Entre la etnografía alucinada de un mundo marginal y el ataque lírico a una historia de violencia, “Fango” reinventa el realismo con su vendaval narrativo.
Entre el extrañamiento y la proximidad afectiva, la ópera prima de Martín Shanly se acerca al universo de la preadolescencia siguiendo un principio de incertidumbre.
Ortiz se acerca a Lorca sin miedo al ridículo ni a la lírica, con confianza en la fuerza evocadora de sus versos y depositándose en los hombros de un más que acertado reparto.
En su nueva película, el director de “Lincoln” vuelve a mostrar su cara más madura, componiendo un film de espías (y hombres dignos) complejo y ambiguo.
El director de “Canino” y “Alps” entrega su mejor película hasta la fecha, una parábola tragicómica sobre un mundo insensibilizado donde la soltería está criminalizada.
Sostenido por el imponente trabajo de sus actores, el segundo film del director de “El estudiante” juega a incomodar al espectador, obligándolo a replantearse sus certezas.
El guionista de Crónica de un asesino en serie debuta con un thriller altamente violento basado en un caso real de tráfico de personas en Corea del Sur.
En este homenaje a la comedia “screwball”, Baumbach exhibe las limitaciones de su cine literario mientras Greta Gerwig inyecta algo de luz al conjunto.
El director de “Carancho” ratifica su categoría narrativa con esta reconstrucción de una sórdida historia criminal en el marco de la llegada de la democracia a Argentina.